miércoles, 20 de marzo de 2013

Lancaster

 Cuando crezca y esté capacitado, rodaré una película protagonizada por pigmeos que descarten ser esclavos. Lejos de querer emular a Herzog, quiero proponer una revolución necesaria, constructiva y rompedora.

 Una madre canalizará su amargura en humo; quemará sus venas y destruirá su cuerpo para no ver más al hijo que nunca quiso tener. Un proxeneta se enamorará de su puta más cara y arremeterá contra los clientes que la requieran. Un lagarto buscará escapar de su jaula, consiguiéndolo cuando la revolución se consume y los protagonistas obtengan todo aquello por lo que han luchado. Tras eso, una gran peste acabará con parte de la población y el lagarto será atropellado por un camión que transportaba restos de meteorito a un laboratorio.


 Al final aparecerá uno de los pigmeos disfrazado de Lenin preparando unas lentejas. Defecará en el plato de las mismas y lo derramará sobre una bombilla azul. Y se cagará en tus muertos.