sábado, 26 de enero de 2013

EXTERMINATE!

 Como muchos habréis adivinado por el título de la entrada, he empezado a ver Doctor Who. Y nunca es tarde para enfrentarse a tal mitiquez, o al menos así lo entiendo yo. Por ahora, como buen hijo de mi época falto de autenticidad y cojones, he empezado con la serie nueva, la que arrancó en 2005, y de manera absolutamente profana. Si ha habido alguna referencia o se ha relacionado algo de lo visto en los primeros siete episodios con la serie original, no lo he pillado.

 Mis primeras impresiones van a ser, con casi total seguridad, tan evidentes que seguramente hasta redunde emitirlas de manera abierta. Pero oye, no me voy a arriesgar a callarme algo interesante y voy a vomitar de la mejor manera posible todo lo que se me esté pasando por la cabeza sobre lo visto.

 Su mecanismo y sus encantos formales son clarísimos: la serie usa la inocencia autoconsciente  (sin una pizca de ironía fácil) como arma principal para deslumbrar al espectador. En todo momento nos sorprende con efectos especiales de una cutrez hechizante, que al compás de historias con una base impresionantemente sencilla, nos llevan a situaciones algo más originales que parecen ser impelidas por un poder narrativo contrarrestante que dote al conjunto de un sabor fresco y adictivo.

 Y hasta ahora y por lo que he visto, funciona a la perfección. Además, su carácter atemporal viene muy marcado al ser un producto con una lógica interna tan carente de fobias. Por ahora no puedo decir mucho más, pero me está encandilando. Habrá que ver cómo llevan las riendas en todo lo que me queda. Pero en fin, que es muy bonita y ligera como cereales dietéticos.

viernes, 25 de enero de 2013

Legitimidad

 Pues nada, tras varios making off relativamente insulsos y un par de teasers -uno con algo de jugo y otro meramente promocional que no tiene casi nada que ver con la serie en sí-, por fin tenemos las primeras imágenes de lo que serán los personajes en la cada vez más cercana nueva temporada de Juego de Tronos.

 ¿Cómo pinta? Pues como viene pintando la serie desde su primera emisión en 2011. Impresionante y cuidadísima en todos sus aspectos. Algunas fotos pecan de producir la más profunda y absoluta indiferencia -no se hartan de mostrarnos la delicada cicatriz de Tyrion, que poco tiene que ver con la mutilación que sufre en la novela-, mientras que otras se presentan sencillamente acojonantes y, por fin, mostrando más chicha -que no carne- que antes. Y es que, a diferencia de aquel maravilloso aperitivo que nos dieron en forma de tráiler cuando esperábamos la segunda temporada (this), lo que nos han mostrado en ésta ha sido, hasta hoy, decepcionante por escaso.

 Ciertas imágenes no tienen desperdicio. A recalcar ese maravilloso Stephen Dillane embutido en las pieles de Stannis Baratheon, los nuevos -e insistentemente reivindicados- Ellie Kendrick y Thomas Brodie-Sangster en los papeles de Meera y Jojen Reed respectivamente y el fabuloso Paul Kaye en las carnes de Thoros de Myr.

 Podéis ver todas las fotos aquí. Además, si observáis bien el nombre de los archivos, veréis el número del capítulo al que pertenece cada una. Vamos, que no tiene desperdicio en lo que respecta a elucubraciones y teorías de cara a los lectores. Es más, yo ya me he hecho unas cuantas y me he montado una supuesta estructura adaptada de la primera mitad de Tormenta de Espadas. Y ciertamente se me hace muy, pero que muy suculento lo que pueda venir. Vamos, que estoy salivando

.

sábado, 19 de enero de 2013

Casas que ya no existen

  Empezar un blog a raíz de algo que has soñado es bien jodido. Las pesadillas inquietan y aterran a nivel sobrenatural más que cualquier otra cosa en la vida de un ser humano corriente, claro está. Pero realmente no es ese el punto del que venía a hablar hoy. Cuando los sueños se convierten en algo recurrente y muy relacionado con la realidad, a modo de recordatorio psicológico de que algo funciona (o no) de determinada manera en tu mente, dejar de pensar en ello se torna inevitable. 

  A día de hoy he tenido incontables sueños con algo en concreto, o al menos, que viraban alrededor de ello: el antiguo chalet de mis abuelos. Hace cinco años (o por ahí andará) que dicho chalet está destruido y se mudaron a uno cercano que estaba recién edificado, pero en el primero pasé toda mi vida. Todos los veranos tocaba irse temporadas largas allí, y hacía vida con los otros chavales que vivían en chalets contiguos. Una importantísima parte de mi infancia y de los recuerdos que ésta conlleva se almacenan entre aquellas paredes, el patio, la playa y la carretera de piedras que recorría todo el vecindario. Y ahora, años después, no paro de soñar con ello.

  Realmente preveo que no será algo poco común soñar con un elemento en concreto que conforme el pasado, pero realmente tampoco me preocupo mucho por ello. Simplemente me parece curioso el hecho de soñar con distintas situaciones que acontecen en ese lugar, ya sea intacto u en los albores de su destrucción, cuando ya habían abandonado la casa pero seguíamos bajando por la zona. Tampoco me quiero extender mucho con respecto a ello. Digamos que, pese a ser absolutamente cierto, lo he usado a modo de entradilla para este blog que principalmente voy a enfocar al cine; comentar películas, estrenos, etc... del modo más subjetivo posible, esto es, una visión muy personal de lo que está por venir, lo que ya he visto y lo que me falta por ver. Tampoco será exclusivamente de cine (o sí, vaya usted a saber), pero como mínimo será el tema principal del mismo. Y si no resulta... pues oye, me voy a la mierda.

 Un besito.